Cap 36. Intento de asesinato
La tensión es densa, como una tormenta a punto de desatarse. En el centro de la mesa, Francisco observa a los presentes con una mirada de furia contenida.
—No podemos seguir perdiendo el tiempo —gruñe, golpeando la mesa con un puño cerrado—. Cada día que pasa, la reina se afianza más en el poder. ¡Nos desafía en nuestra propia casa!
—El pueblo la admira, incluso algunos nobles comienzan a verla con respeto —añade otro con desprecio—. Si seguimos esperando, pronto será intocable.
Francisco respira hondo, tratando de contener su rabia. Se vuelve lentamente hacia la figura temblorosa en el rincón.
—Clara.
La doncella se estremece al escuchar su nombre, pero mantiene la cabeza gacha. Sabe que no puede mostrar debilidad.
—Llevamos meses esperando resultados de tu parte —continúa Francisco con frialdad—. Dijiste que te encargarías de la reina. Dijiste que la alejarías del rey, que la harías caer en desgracia. ¿Y qué hemos obtenido a cambio?
Camila siente el sudor frío recorriendo su espalda