— Por fin llegaron —dijo Pablo dirigiéndose a las tres, pero solo viendo a Elena, que llevaba un conjunto de falda tubo color vino que llegaba por debajo de las rodillas y una blusa de mangas largas igual ceñida corta en el abdomen, que dejaba ver su cintura esbelta con unas sandalias altísimas de tacón de aguja color champagne
— Sexi y despampanante —dijo bajito Pablo al oído de Elena, luego puso sus manos ahí donde la tela no tocaba su abdomen y le dio otro beso tierno en los labios, Elena estaba segura que se derretiría.
— Pero que sorpresa tan esplendida —dijo Bernhard colocándose al lado de Pablo y Elena.
— Gracias por invitarnos Pablo —dijo Brenda—, Berni, esto es una fiesta, así que vamos a bailar, de alguna forma debo ponerte hacer ejercicio, ya que no te he visto en varios días en el gym.
— Cariño contigo hago ejerci