Al llegar al hotel, Elena fue con Belinda a registrarla y buscar a Brenda, Pablo se quedó con Dante, Belinda se despidió de ambos con una sonrisa y un movimiento tímido con la mano con la que sostenía el pequeño bolso con sus pertenencias.
— Vive y aprende, dice el refrán —dijo Dante con una sonrisa—, me lo tengo merecido, después de tanta parranda y mujeres dispuestas, tenía que encontrarme con la criatura más deseable que he conocido y por completo inalcanzable, el diablo debe estar riéndose de mí.
— Guao que profundo, nunca te había visto así, pensé que, por lo contrario, se volvería un desafío para ti conseguirla.
— No, la dejaré tranquila, ella no está preparada para tener sexo sin ataduras, y ni siquiera para una relación seria, así que finalmente llegó el día en que conocí mi límite, ni yo mismo lo creo, vive y aprende Pablo, vive y aprende.&nbs