5. ¿En qué secta estoy?

Sophia se sentía completamente destruida, si bien al final de aquel viaje pretendía terminar su historia con Joseph algo muy distinto era que muriera y más de aquella manera y para colmo ahora estaría sola en aquel lugar desconocido y hostil.

Por su parte Hades al ver su reacción se había apartado para darle un poco de espacio, muchos pasaron momentos de duelo al llegar allí inclusive el mismo y solo era el comienzo de muchas cosas que procesar.

— ¿Acaso te sientes congraciado con mi dolor?, ¿No puedes dejarme a solas? ¿O te entretiene?

— Solo tenías que pedirlo con amabilidad, no soy culpable de tu situación, ni de la muerte de tu ser querido, saldré para que ambos podamos calmarnos.

— Por favor suéltame, estoy incómoda de estar así, no puedo siquiera secarme las lágrimas.

— Está bien, pero permanece quieta, todavía estás en recuperación.

— Lo haré— , dijo sin mucha convicción pero Hades decidió darle el beneficio de la duda y se acercó a ella para desatarla.

— Entiendo tu conmoción pero debes saber que aquí nosotros no somos el enemigo a menos que así lo quieras, cuando estés lista para hablar llámame estaré en la puerta.

Sophia ya encontrándose a solas pudo llorar y dedicar algunas palabras a su novio que a pesar de haberla traicionado había amado por años, le dolía el corazón, no sabía si él merecía un final así pero no sé podía hacer más por él.

“Ahora debo pensar en mí, a pesar del dolor en mi cuerpo ¿cómo puedo salir de aquí?, quizá buscar un teléfono, lograr saber ¿dónde estoy?”

Con cuidado intentó levantarse, el dolor que siento fue desgarrador, tenía un corte pequeño pero profundo en el abdomen y sus piernas muy lastimadas, pero a pesar de ello logró levantarse.

Debido al esfuerzo sintió un fuerte dolor de cabeza y taquicardia, parecía que todo su cuerpo estaba colapsando pero su instinto de supervivencia le hizo soportarlo, despacio comenzó a buscar puntos débiles, alguna otra entrada.

“Necesito salir de aquí, lo que sea que me trajo aquí permíteme escapar” y como si en verdad hubiese sido escuchada por los mismos dioses encontró una pequeño espacio clausurado que parecía ser una ventana”

Apartó algunos artículos y pronto se aventuró a salir por allí a la nada, pero en cuanto se dejó caer se arrepintió de no haber comprobado primero a dónde se dirigía, — ¡Maldición!, ¡Que asco!— , dijo al verse llena de barro y lo que parecía ser abono natural.

“Esto es un desastre, estoy sucia, tengo frío y no sé dónde ir”, se dijo pero luego se recriminó, “¿Qué haces quejándote Sophía?, muévete que te van a capturar como una tonta tragando moscas”

Escuchó unos pasos que se acercaban así que corrió hasta un árbol y permaneció inmóvil hasta que los hombres se fueron, mientras intentaba llegar al final de lo que parecía ser un campamento aprovechó de observar cómo se desarrollaba la vida allí.

Había frente a una carpa una mujer con un niño pequeño y junto a ella lo que parecía ser su pareja abrazándola, en un lugar abierto un grupo de hombres bromeaba mientras bebían algo oscuro de sus vasos y luego vió con curiosidad como una mujer se besaba con dos hombres y el compartirla no parecía molestarles. 

“¿En qué clase de colonia estoy?, no soy quien para juzgar pero todo parece muy extraño, bueno lo que realmente debe preocuparme en este momento es buscar una salida, seguramente hay algún otro pueblo cercano donde me puedan ayudar”

Caminó un poco más y de pronto comenzó a sentirse ansiosa ante lo inesperado se acercaba a un área que estaba en completa oscuridad y no sabía a dónde ir, se encontró un cercado de madera que con gran esfuerzo atravesó.

“Ahora sí soy libre”, pero el sonido de un animal la alertó, estaba siendo acechada y las pisadas cada vez se escuchaban más cerca, instintivamente comenzó a correr pero no tenía idea a dónde así que se desesperó e inevitablemente gritó en medio de la oscuridad, — ¡Ayuda!

La criatura saltó sobre ella y a Sophia no le quedó otra que cerrar los ojos y esperar el ataque pero este nunca sucedió, con miedo abrió primero un solo ojo y encontró un grupo de hombres a medio vestir mirándola con interés.

— ¿Qué sucedió?, me perseguía un animal y estoy segura que me iba a matar, yo…

De pronto aquellos hombres comenzaron a reír con fuerza y ella un poco ofendida buscó a la criatura en cuestión que era sujetada por uno de ellos.

— ¿Le tiene miedo a Dante?, pero sí es un peluche gigante y nada más— , dijo uno mientras acariciaba a un perro gran danés.

Otro tomó la palabra sin dejar de mirarla lascivamente y se sintió incómoda, — Está claro que eres la nueva mujer.

— Tengo mi nombre, no soy la nueva mujer, como si estuviéramos en las cavernas— , reclamó hablando con altivez para no demostrar temor.

— Entonces dinos tu nombre, todos estamos muy interesados pues te has convertido en el objeto del deseo los presentes aquí— , dijo arrastrando las palabras en forma erótica.

Otro miembro del grupo caminó unos pasos hacia ella haciéndola retroceder, — Así es, fantaseamos sobre tu aspecto y hasta hicimos apuestas pero debo decir que eres mucho más hermosa de lo que esperábamos, a pesar de tu lamentablemente estado.

— Mejor no se me acerquen o ya verán como les daré pelea, les arrancaré los ojos— , aunque sabía que sería muy difícil ganarles pues eran cinco contra ella.

— Pero sí es toda una fiera, una gata salvaje, creo que la pasaremos bien muchachos— , dijo otro entre risas.

En ese momento unos brazos la tomaron desde atrás sujetándola y lo primero que pensó fue que alguno de ellos la había sorprendido, pero cuando se preparaba para darle un pisotón escuchó aquella voz profunda que le hizo estremecer.

— Está vez obedece como una buena niña, quédate en silencio mientras intercedo para que estos hombres no te tomen aquí mismo.

— Pensé que eras el jefe y todos aquí hacen lo que les digas.

— Así es pero tienen mucho esperando una mujer, algunos incluso hasta años sin disfrutar de los placeres de una mujer, ¿tu crees que acataran una simple orden?, por cierto dónde te metiste apestas a estiércol.

— Cai en un barro junto a la tienda, ahora concéntrate en esos hombres y lo de manejarlos lo dejaré en tus manos.

El la mantuvo abrazada y podía sentir su torso definido contra su espalda, — Todos detenganse.

— Pero Hades, si apenas comenzábamos a divertirnos, solo déjala unas horas con nosotros para conocerla, prometemos portarnos bien y seguir las reglas.

— Lamento decirles que solo podrán hablar con ella como su próxima líder pues la tomaré como mi compañera, así que le deben respeto.

— ¿Por qué dices algo así?— , le susurró Sophia.

— Tengo dije que guardarás silencio si no dudarán.

Los hombres se vieron los unos a la otros sin creer mucho en aquella relación tan abrupta, sin embargo, se disculparon de inmediato y el ambiente que hasta unos minutos antes era tenso pronto se convirtió en celebración, para sorpresa de Sophía se acercaron a ellos y después de felicitar a Hades se presentaron formalmente con ella y se pusieron a la orden.

— Bueno creo que lo mejor es que regrese a mi dama para que se dé un baño y descanse.

— ¿Si están juntos por qué se arriesgó a salir solas en su estado?

— Me estaba buscando y se perdió, le dije que fuera a mano derecha y tomó la izquierda, seguro todavía está perturbada.

— Pobre no es fácil todos sabemos lo difícil que son los primeros días, pero creo que lo mejor es intentar que se anime un poco, así que sale un beso, ¿No les parece que sería bueno chicos?

Y así se unieron otros a la “propuesta”, —Claro que sí, vamos no sean malos, así nos inspiran,¡Que se besen!, ¡que se besen!, 

Sin pensarlo Hades la giró, tomó su rostro entre sus manos y la besó apasionadamente, Sophia no podía ni quería moverse, parecía imposible rechazarlo pues era la primera vez que sentía algo igual.

Su corazón estaba acelerado y un calor la invadió desde sus labios hasta su centro del deseo, “¿Que clase de brujería o vudu es este?, ¿cómo es posible sentir algo tan intenso por alguien que no conoces y que además es tan insoportable, mandón, pervertido, egoísta…?

Una vez concluyó el beso, Sophia se encontraba como en una nube, no supo en qué momento se despidieron y él la llevó de regreso a la tienda en sus brazos, de pronto se vió atada a un tubo improvisado de la regadera.

— ¿Pretendes que me bañe atada como un animal?

— Es evidente que no puedo confiar en ti, así que acostumbrate porque de lo contrario te bañaré yo mismo.

— Nos eres capaz— , se inclinó y tomó una pequeña cubeta y se la lanzó por encima de la cortina que cubría su desnudes.

En ese momento Hades ingresó en el pequeño cubículo y se quitó la franela, —Creo que es mejor que no me Retes nena, no sabes de lo que soy capaz. 

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