27. AUTOINYECTOR
Sarah se alista para el trabajo y cuando sale, ve a sus dos ancianas vecinas, cada cual barriendo la entrada de sus respectivas casas, ignorándose en la distancia.
Por causa de tiempo y porque no puede ser vista para ejecutar su plan, decide dejar lo de las cartas para después.
°°°
Como había prometido, Marcos llega por ella al hospital a medio día. Se baja y baja a Simon del auto y la esperan en la entrada. Cuando ven salir a Sarah, padre e hijo caminan a ella.
Simón la saluda con el entusiasmo que lo caracteriza cuando se trata de Sarah y ella hace lo mismo con él.
—Mi bonita, ¿cómo te fue? —Marcos le habla al oído, dejando un beso en su mejilla.
—Muy bien y ¿a ustedes? Están muy guapos los dos —los halagada y ambos lo agradecen a la misma vez.
—Mira, Sarah, papá me llevó a comprar zapatos y ropa porque estoy creciendo mucho ¿verdad, papi? —contesta Simón mostrando sus zapatos nuevos. Marcos asiente.
—¡Uau! Me encantan.
—Pero no me quiere comprar patines —Simón pone