41. SERVIRÁ DE DISTRACCIÓN.
—Hola, Varela.
—¡Oh, Marcos! —exclama la nerviosa chica, tocándose el pecho.
—Lo siento, te asusté.
—Sí, no pensé que vendrías a estás horas —dice Varela, mirando con preocupación a todos los lados.
—Sí, logramos concretar la misión hace unas horas y me vine de inmediato.
—¿Y tu auto?
—Me quedé varado dos cuadras atrás y vine caminando lo que faltaba de camino.
—Ah.
—¿Y cómo te fue a ti? Pensé que estarías dentro de la casa.
—Tu esposa me echó.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Creo que mal interpretó algo que dije —s