— Ten cuidado cuando salgas, no estarás en tu ambiente, así que debe ser cuidadoso — advirtió luego de no poder contenerse.
—¿Estás preocupada por mí? — preguntó luego de unos segundos.
— Estoy preocupada por mí. ¿Quién me ayudará con mis problemas si algo malo te sucede? — respondió lo opuesto a lo que sentía y la expresión en su rostro cambió por completo.
—Ah. Quédate tranquila, un adivino le dijo a mi madre que iba a vivir más de cien años, ¡soy invencible! Bueno, se acabó el tiempo, debo ir a una reunión y me iré después de eso. Te avisaré antes de despegar. — Daniel con solo a Belén, aunque sonaba desanimado.
—Bueno. — giró el anillo en su dedo y respiró de manera profunda—. El anillo es deslumbrante, me encanta. Gracias. — En cuanto terminó de hablar, finalizó la llamada. Parecía estar evitando algo.
Del otro lado de la línea, el humor de Daniel cambió de sombrío a alegre en un instante. Sus labios esbozaron una sonrisa mientras miraba el suelo.
«¿Quién se imaginar