«¿Continuar? Ya no me queda movimiento, terminaría en una derrota sin importar lo que haga».
Belén esbozó una leve sonrisa y le devolvió el insulto a Eva.
—¿Por qué no dices nada? Jamás vi a nadie con tan poco espíritu deportivo en toda mi vida.
A pesar de lo revitalizador que era la sonrisa de Belén, Celeste comenzó a sudar frío. Al mismo tiempo que se mordía los labios, cerró los ojos, mientras derribaba al rey y aceptaba la derrota. La multitud a su alrededor Victorio en respuesta.
—¡Es increíble! Al fin se resolvió la maniobra Libernía.
A diferencia de las damas, el ajedrez era originario de Ibica, pero no era popular en el país, por lo tanto, había menos jugadores habilidosos a nivel local, en comparación con los extranjeros.
Por lo tanto, cuando Belén respondió a la maniobra Libernía, no fue solo una victoria personal para ella, sino que fue un salto trascendental para el ajedrez en el plano nacional. Ella había llevado gloria a la nación. Incluso Agustín manifestó