El tiempo estaba transcurriendo. El mes que creí imposible de transitar iba a más de la mitad. Logre adaptarme a la oficina. A Ana y el resto de mis compañeras de trabajo. Hubo días agradables que Ethan estuvo ausente y fui muy feliz, al no tener que verlo ni a él ni a su prometida. 

En con Melani, conviví más de lo que quería y de los esperado. Nuestras tarde de te aumentaron como en número. Debi hacer malabares para ver Louis, sin levantar sospechas innecesarias y gracias a Odette tuve éxito. Pero mis días tranquilos habían llegado a su fín; el viaje con Ethan Macalister está proximo, y el gran drama familiar está a la puerta.

"¿Necesito saber qué está pasando?", grita Isabella, mientras la antigua secretaria de mi marido se niega a dejar de llorar, sujetando su barriga redonda.

Un bebé, eso está claro, pero estoy sen