CAPÍTULO 22
Punto de vista de Ava
Lisa y yo empezamos a limpiarnos las manos cuando el guardia nos dejó frente al bar de la manada.
«¡Argh!», gimió Lisa, con los ojos amarillentos y las garras extendidas.
Le aconsejé que se calmara. «No hiciste nada para ayudar ahí dentro».
Con los ojos en blanco, se llevó el brazo a la espalda.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras apretaba los dientes y echaba la cabeza hacia atrás. Estaba atónita de que el monstruo se atreviera a actuar así. En mi hogar, ella me había dado la orden de salir del bar.
Dije en voz apenas audible: «Lenora pagará caro por esto».
«¿Cómo se atreve una plebeya sin antecedentes a pedirles a los guardias que me pongan sus sucias manos encima?», refunfuñó Lisa.
Le dije: «Primero tenemos que idear un plan». —Volvamos a la habitación.
Lisa y yo caminamos de regreso hacia mi habitación. Jamás había sentido tanto desdén en mi vida. Necesitaba hacer todo lo posible por no perder la calma. Todo mi cuerpo vibraba contra mi des