- Bienvenido...Rey del Centro William- dijo un sirviente asombrado por su visita ¿Por qué había venido el rey? ¿Y sin avisar?
- Muy buenas tardes.... - dijo William impaciente- quisiera hablar con el rey Elios- lo miro fulminante.
- Ah si! - El sirviente hizo una seña para que le dejasen pasar ¡Qué descortez! Pensó de el mismo, - Mi señor ¿A qué debemos su visita? Ahora mismo llamo a el rey Elios, puede descansar aquí, seguramente llega muy cansado- se rió incomodamente..
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- Señor- dijo un sirviente inclinandose- Tenemos la grata visita de nuestro rey William, tiene que ir a atenderlo mi señor- Elios abrió sus ojos y trago saliva, pero se controló rápidamente negando. - Bien, lo estaba esperando- sonrió de lado.. - Voy para allá ahora mismo.
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- ¿Quién eres? - dije aún caminando, adentrandome a un bosque no tan frondoso.. ¡¿Qué rayos
Una luz... tan resplandeciente, tan profunda, tan familiar... tan necesitada. Una luz había caído a sus ojos casi cegandola. En su llanto profundo, silencioso y tan triste. Fruncio el seño, sus ojos ardían tanto que intentó taparse con su brazo y por inercia también oculta a la niña ya muerta entre su regazo para así no le afectase aquella luz. De repente aquella niña comenzó a llorar. Lloro y desesperadamente tomó el aire suficiente para poder respirar. La mujer alerta la tomó y la vio allí, con sus ojitos color café claro claros, como el chocolate.. tan profundos, tan bonitos y sus cabellos rubios castaños que parecían hilos de oro volando por el ligero viento que se asomaba. La mujer lloro tan feliz, sonrió profundamente ¡La niña estaba viva! Comenzó a recuperar el color rojizo que había perdido ya y la luz que asomaba iba desapareciendo poco a poco para así dejar de deslumbrarlos...- ¡Astrid!- Grito euforicamente la sirvienta fiel a su señora difunta. La salvación d
Me quedé helada, tragué saliva por inercia y de alguna forma apreté mi mano...- ... Por eso naciste Astrid.... Tienes que hacerlo o pronto el Reino del Centro acabará como el Reino del Sol.- dijo la voz de nuevo...Con la voz temblorosa, con miedo, temor.. Era una desicion muy difícil y muy importante, y sólo un error podría causar la muerte de las personas que amo.- Lo haré- sonreí- así William será feliz, también Miriam, Lucas, Juan, Aquel viejito, mi madre y- las lágrimas salieron sin control - Mi padre, aunque seguramente me odia, yo le hable tan feo sin saber que sólo quería lo mejor para mi- suspire- lo haré por mi pueblo, por el Este, por el Sur, por el oeste y El norte. Por el Centro... y por aquellas personas del Sol que murieron por la avaricia de aquellos demonios, lo prometo, aunque tenga que arriesgar mi propia vida..Aquella luz que estaba en el oyo del árbol salió y se posó frente mío hasta formar una f
- Pero... ¿Cómo? ¿Qué? - Dijo Elios cambiando su tenue sonrisa a una mueca de confusión...- ¿Qué?- dijo William con la ceja levantada y una pequeña sonrisa programada antes de decir aquella gran mentira, ya que lo era.Las miradas eras muy potentes y se podía sentir a metros de distancia la gran concentración de odio que los dos podrían lograr a hacer. ¿Acaso son unos niños?- Señor... llego la señorita Elizabeth- dijo Marian entrando y saliendo después de hablar....Era tarde. El sol se estaba poniendo ligeramente y un frío amenazador recubrió mi espalda, ya estaba en aquel lugar tan bonito donde el sonido de las olas golpeaban las grandes rocas que allí habían... ya sabía el camino de regreso desde allí así que por educación me voltee para despedirme de aquella presencia imprevista pero ya no estaba la sensación de que alguien estuviese allí así que simplemente continué mi paso. 
Las miradas eran potentes y una era tan hipócrita...- No sé de que estas hablando Elizabeth... - dijo Elios parándose para tranquilizarla.- Ya lo sé todo- dije sin ninguna expresión en el rostro... yo enserio había pensado que todo lo que había dicho era verdad... ¡Por eso me sentía tan culpable! Pero .... no podía creer lo que había escuchado. - ¡El sobre! - dije gritando. Elios cambio su expresión a más inocente y sorprendida. - No te hagas el tonto Elios... - sobe mis sienes... - ¿Por qué mandaste a una señora a fingir ser mi madre para así "Convencerme" que viniera ... ósea podrías haberme mandado una carta o algo así invitándome ¡Para que jugar con mis sentimientos! Yo... yo enserio pensaba que te preocupaba ... hasta ¡Te dije que te amaba! - en serio quería una explicación, sana, precisa que me demostrará lo confundida que estaba.. pero Elios ya lo había aceptado lo supe por aquella mueca de dolor en su rostro.
Elios... había buscado aquella leyenda,había dejado a su reino atrás y había corrido a la antigüedad, cuando por lo menos uno de sus parientes tenía lo que quería... bueno eso es lo que el pensaba, él ahora mismo sólo pensaba que la felicidad era el poder...Había convocado a una tropa encubierta ¡Quería buscar aquel santuario! ¡Lo tenía que encontrar! El lo necesitaba... ¡El quería venganza! Su corazón ya no era humano... El odio lo había encarcelado......Estaba recostada en mi cama, ya la mañana era presente por los tenues rayos de luz que se asomaban ligeramente por los hoyos de la cortina... no había dormido toda la noche ¿Cómo hacerlo? Tenía tanto de que pensar que... ya no sabía ni como hacerlo. Me levanté lentamente pensando que debía ir a desayunar lo antes posible pero... en serio quería volver a mi reino. Ya no quería estar ahí... yo quería estar allá y enfrentar las cosas rápidamente...
Abrí mis ojos lentamente..estaba en una clase de bosque alejado... nunca lo había visto en mi vida. Las hojas eran de muchas tonalidades que viajaban desde rojo, amarillo, naranja y verde era muy bonito, camine lentamente hasta ver a la distancia una clase de templo .... casi destruido... me acerqué y entre, adentro no estaba derruido... más estaba muy ordenado y limpio... habían muchas estatuas... de dioses pero todas estaban manchadas de sangre y una no tenía cabeza, esta estaba en el Centro... pronto comenzó a llover... y un rayo cayó en cima de una de estas estatuas partiendo también su cabeza......Me levanté de un salto asustada, sudando bastante. Pude visualizar a William quien estaba frente a mi sacando su mano de mi frente.- Elizabeth!? ¿Estas bien?- dijo William tocando mi frente. - Te desmayaste y te comenzó a dar una fiebre muy alta... además - hizo una pausa- ahora estas diferente- hizo una mueca simulando una sonris
- No sabemos que es lo que provoca que la gente se quede sin aire, las personas afectadas simplemente comienzan con dificultad al respirar hasta ya no poder más hacerlo. Se llenaron los hospitales en el Centro y nos mandaron informes de que pasa lo mismo en todos los reinos y no sólo está afectando a los seres humanos sino también a los animales. ¿Qué deberíamos hacer mi reina?- preguntó un doctor, quien venía a atender a los del Palacio. La pregunta era simple pero muy complicada... tanto que podría salvar vidas o no..- Mi señora... ¿Qué deberíamos hacer?- William había ido al pueblo a ver la gravedad del asunto, así que estaba sola con un gran problema.- Que se siga atendiendo a todos los necesitados... si se necesita personal pidan al pueblo si les da ayuda, si necesitan más espacio que se les traiga aquí. - dije rápidamente.¿Qué rayos estaba pasando? La gente no se queda sin aire de l
El sonido de los pájaros cantando... la cascada cayendo lentamente.... El corazón limpio y sin problemas. Así desperté en un mundo, en un estado de perfección y paz interior. Las almas gozaban... no tenían algún pensamiento negativo. Era perfecto.Abrí los ojos... estaba en un campo lleno de flores de muchos colores... lo primero que percibí fue los potentes rayos de luz pero ... no me cegaban. Ni siquiera me quemaban. Más... daban una hermoso paisaje a los ojos. Me levanté sin sentir que lo hacia, como si estuviera flotando corrí al infinito con una sonrisa y una voz llamando decía "Ven" llamaba a mi alma... como un susurro en primavera, limpio, familiar. Mi alma respondía sola y anhelaba llegar a aquel lugar a encontrarme con lo que más deseaba en esta vida. La felicidad......William con los ojos bien abiertos sintió su alma romperse en miles de pedacitos, sintiendo su sangre fría y todo a su alrededor tan irre