Meredith . . ¿Había escuchado bien? Creo que no, necesitaba que me repitiera eso, no podía ser posible, Ryker mantenía la seriedad en su rostro, su mano aun mantenía sujeto mi mentón, me aleje de su toque, me levante y me quede parada frente a el, sus ojos no se apartaron de los míos en ningún momento. —¿Qué dijiste? —pregunté. —Que es mi prometida —respondió tranquilo, opto por una pose relajada, m****a que guapo se veía ¿Cómo podía hacerme esto? Una de sus manos fue a su barbilla acarició sus labios con su dedo índice, mientras me observaba detalladamente. Mi vista bajo a su pecho donde su camisa estaba abierta mostrándome parte de su pecho, seguí bajando hasta llegar a su entrepierna, su pantalón abierto y se marcaba muy bien su miembro. Con la vista a los ojos Meredith… míralo a los ojos, que en sus malditos ojos grises es donde podrás ver si te miente —me repetía mentalmente, el problema era que sus ojos no mostraban nada solo ese maravilloso gris tormentoso que ocasiona
Meredith Abrí mis ojos con pesadez, la luz del sol se filtraba por la ventana, cuando pienso en abrazar a Ryker me doy cuenta de que él ya no está en la cama, parece que es una costumbre suya siempre dejarme durmiendo sola ¿por qué ni se queda conmigo? Me cubro con la sábana pensado en si debo levantarme o no, me siento muy cansada pero tampoco soy una holgazana, mis pechos están llenos de chupetones, con dificultad caminé hasta el baño, hice mis necesidades, lave mi rostro y arregle un poco mu cabello, tomé la camisa de Ryker al salir y me la coloque, me quedaba enorme, busque mis bragas y mi falda y mes las puse, mis piernas aun temblaban un poco por todo lo que hice con Ryker de solo imaginar todo siento como mi vagina palpita y un escalofrío recorre mi columna, no importa lo que duela mi parte siempre querré más de Ryker, busco mi móvil y envío un mensaje a mi padre, espero no se moleste porque no dormí en casa, es el único que se preocupa por mi en esa casa. Salgo de la habitac
Dorian ...Me encontraba en mi oficina, me quede algunas horas después del trabajo, había sido un poco difícil conseguir los documentos necesarios de Anais pero finalmente lo había logrado, me aseguraba de que todo estuvieran en regla y que no faltara ningún documento. Pedí a Mario que llevara a Anais hasta casa, no pude acompañarla y eso me hacía sentir mal, pero tenía que tener todo listo para la boda sorpresa, la emoción me embarga en estos momentos, me siento nervioso, espero que ella no sospeche nada. Hable con Meredith, le comente mi sorpresa para Anais, ella me ayudara llevando a Anais hasta el lugar y también la llevara por un hermoso vestido, debido a su embarazo Meredith dijo que se encargaría de conseguir la tienda perfecta para que ella elija su vestido. Se que no será una gran fiesta, la conozco bien y se que eso no le gustará, pero si reserve un lugar hermoso y elegante, la boda será en el jardín de ese lugar, ya tengo el oficiante de la boda. Confío en que todo sal
Meredith ..Ryker estaciona el auto, lo veo salir y al estar en la entrada de la casa me pongo frente a él evitando que siga avanzando. —¿Qué sucede? ¿Te arrepentiste? —pregunta con duda. —No, no es eso, solo quiero que al estar dentro te enfoques solo en mi, si mi madre dice algo no le prestes atención —llevo mi mano hasta su mejilla y la acarició con delicadeza —Ryker… eres perfecto para mi, eso no cambiará, te quiero a ti sin importar lo que alguien más piense. Te quiero… —No te preocupes bonita, tu me has enseñado mucho en estos meses y solo me importa como tu veas, eso es lo único importante para mi en el mundo —sonrió, enrolle mis brazos en su cuello y lo atraje hacia mi para poder darle un beso, el me tomó por la cintura y me acerco a su cuerpo, sus besos me hacían sentir tan viva, sus labios sobre los míos moviéndose con intensidad, succiono mi labio inferior y lo mordió levemente aunque más bien pareció una caricia de sus dientes a mi labio, lo mire fijamente esperado má
Anais Durante estos días he estado un poco sensible, el embarazo no es nada fácil pero yo anhelaba estoy y trato de disfrutar cada momento, me gusta cuando mi bebé patea porque para mi es un recuerdo de el diciéndome que esta ahí dentro de mi y que no estoy sola, también siento que me dice que esta bien, ya me falta poco para conocerlo, no se si es el o ella, pero ya quiero ver su rostro, acariciar sus manitas, su cabello, no se si será tan oscuro como el mío o más claro como el de su padre, sus ojos, ansío tanto que me dirija una mirada, moriré de amor con esos ojitos. No lo conozco y lo amo demasiado, es un tesoro para mi, un regalo de la vida y el amor que hay entre Dorian y yo. Me he sentido un poco triste, pero creo que debe ser las hormonas, lo sensible que estoy, trato de distraerme en el trabajo, últimas Dorian ha estado muy extraño, mi mente imaginas cosas que yo sé que el sería incapaz de hacerme. A veces me pongo a pensar que el hijo de Rocio esta a pocas semanas de nacer
Anais Lo miraba aun sin poder creer lo que estaba pasando ¿estaba en un sueño? Porque la verdad si parecía un sueño, el lugar había quedado precioso, adornado con rosas blancas y algunas otras flores, pude ver al padre de Dorian, a Mario y otras dos mujeres a su lado, pero lo más hermoso fue ver a mi Dorian. —¿Qué es todo esto? —pregunté aun confundida, mis ojos se llenaron de lágrimas, esto era tan hermoso. —Nuestra boda mi amor —respondió con una sonrisa —No quise esperar más para unir nuestras vidas, Anais eres la mujer que amo y siempre amaré —declaró —Cásate conmigo aquí y ahora ¿aceptas? —se arrodillo ante mi, saco una cajita de terciopelo de su bolsillo, la abrió y dentro había un anillo de oro blanco con un diamante en forma de corazón color rosa, igual que el collar que Mer puso en mi cuello, ahora se que me mintió, no me lo aceptará porque fue Dorian quien se lo dio para mi. Extendí mi mano para que pudiera colocar el hermoso anillo, sus labios se curvaron en una hermosa
AnaisMer nos tomo muchas fotos con su padre, también nos tomamos fotos con ella y su pareja, creo que tomamos cientos de fotos, ya que también me sacaron algunas a mi sola con mi bella pancita, y a mi bello esposo también. Era increíble poder llamarlo mi esposo, pensé que nunca volveríamos a estar juntos, pero como el lo dijo, este es nuestro destino, compartir nuestra vida. La noche parecía corta, se nos hizo tarde y Ryker dijo que se haría cargo de llevar al padre de Dorian a casa. Me alegra que el se haya unido a nuestra felicidad y ahora espera con ansias la llegada de mi bebé, espero que el este aquí para conocerlo, en una conversación con el a solas, me confesó que aunque se sentía bien su diagnostico era desalentador, me dolía por Dorian y más por Meredith, su padre lo es todo y ahora que tiene a Ryker a su lado espero que el le de la fuerza que ella necesita, se que ella es fuerte pero su padre es como su punto débil, es una niña pequeña a su lado, es su niña como el dice.
Rocio ..Se que no esta bien lo que estoy haciendo pero no tengo otra opción, odio mi vida, la odio demasiado, me acepto tal y como soy, pero no deseo esto, no deseo todo lo que Xavier dice, tal vez una parte de mi si lo desea, aquella pequeña Rocio de 16 años que creía necesitar amor si lo desea, pero yo no. Reitero no quiero este bebé, el dice que lo amare cuando lo vea, que es una parte de mi, que será hermoso y tantas estupideces más ¿no entiende no lo quiero? Estoy podrida por dentro, mi odio, mi envidia hacia mi hermana me daño y soy la única que debe sufrir ñas consecuencias, no se cual sea mi destino pero definitivamente estar cerca de Xavier y este bebé no lo será. Lo detesto tanto por cambiar mi cuerpo, lo detesto por hacerme ver así, no puedo dormir, estoy cansada de esto, quiero que ya salga de mi vientre, me volveré loco de seguir así, pero ya es poco, es muy poco lo que falta para que nazca y entonces podré irme, no volveré más, no seré su madre, no seré el amor de Xa