---¿Qué?
El rostro de Catherine está lleno de asombro. Ante la perplejidad en los ojos de Catherine, suspiro y hablo suavemente.
---Mi madre dispuso un matrimonio para mí. La empresa está teniendo problemas de liquidez, y al parecer mi futura esposa, es hija de nuestro aliado comercial. Que mejor que casarte con la hija de tu futuro socio.
Sergio dijo estas palabras con resignación.
---Pero… tú, ¿la conoces? ¿La has visto alguna vez? ¿Cómo vas a casarte con alguien a quien no amas?
---La persona que amo está frente a mí, y lleva un anillo en su dedo que la une a otro hombre. ¿Crees que me importa quien sea mi futura esposa o qué aspecto tiene?
---Sergio, estás cometiendo los mismos errores. No puedes unirte a alguien que no amas, serás infeliz tú y la harás infeliz a ella.
El río con tristeza.
---No hay nada que pueda hacer, además para recibir el fidecomiso que dejo mi abuela en herencia, como cláusula debo casarme antes de los treinta, ya tengo veintiocho ¿qué más da?
---Per