Esa noche, Arya, toma la gran parte de sus pertenecías y regresa a su departamento. Ayden no estaba de acuerdo en cómo ella quería manejar las cosas, pero le dio el beneficio de la duda. Ella quería manejarlo así por el bien de la relación y él aceptaría sin problema las consecuencias.
—En verdad no quiero que lo hagas —confiesa él abrazándola.
—Lo siento, actué precipitadamente —dice Arya—. Pero, eso no significa que yo los ame menos, o que me arrepienta de eso. Tenemos una boda que planear ¿recuerdas? Tarde que temprano estaré aquí contigo.
Arya acaricia el rostro de Ayden. Sujeta su rostro y luego lo atrae hacia ella para besarlo.
—Entiendo… te amo Arya.
El apuesto hombre la