» Sin despedirse, sin mencionar palabra alguna, Kenay, se quedó solo mientras sus amigos lo abandonan para volver a la aldea para continuar con sus actividades, regresarían a verlo cada noche, de manera discreta, por si él quería volver, o por si el cansancio lo había vencido, tenían que estar al pendiente de él sin que este lo supiera, así se los había dicho el jefe brujo al prepararlos.
» Kenay, sabía que, durante los próximos cuatro días y cuatro noches, un día por cada una de las esquinas de su cuadrado, no dormirá, ni comerá, vivirá en la soledad y la oración, suplicando por una visión.
» Lo que si podía hacer, era fumar de la pipa todas las veces que lo deseara, no sólo le ayudaría en su meditación, también le inspiraría para tener mayor