El placer que acababa de sentir en aquella cama era algo único, nunca jamás, en todas sus experiencias sexuales había sentido algo como eso, y entonces, cuando se recuperó un poco, vio la enorme marca que se extendía por su hombro y parte de su pecho, y exclamó:
- ¡Sarah! Me has marcado, ¿eres consciente de las implicaciones que ésto tiene?
Sarah lo contempló como si no acabara de entender las palabras que decía, y ésto, a pesar de la inexperiencia en el mundo de los hombres lobo que la mujer tenía, lo enfadó. Así que se levantó de la cama con ferocidad, y sin darse cuenta asustó a Sarah, que no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo; él solo andaba en busca de un espejo de cuerpo entero, pero ella, por un momento tuvo miedo de su reacción.
Se contempló en su vestidor, el único lug