Capítulo cuatro.

Al siguiente día como todos los día Anna se fue a la universidad pero esta vez estuvo distraída en la clase, pensando en el matrimonio y como sería su vida de casada de solo imaginarlo le daban escalofríos.

Días después

Anna de vez en cuando iba a visitar a Sofía a petición de ella pues quería conocer más a su nuera.

Las veces que Anna salía temprano era cuando podía ir a visitarla hasta que un día, Anna ya quería irse pues ya era tarde pero Sofía la comvencio para que se quedara a cenar, cuando llego Agustín a ver a su madre y vio a la chica ahi se sintió un poco molesto

Entró y saludo a su madre

— Mamá buenas noches — solo le dirigió una mirada a Anna y no dijo nada más.

— Hijo, siéntate a cenar con nosotras, hoy tu padre llegará tarde y tus hermanos no están, mi única compañía fue Anna. — dijo Sofía que para que su hijo notará a la chica.

— Esta bien madre, iré a lavarme las manos — respondió Agustín, sin prestarle atención a la chica.

Cuando él regresó, se acomodó en su asiento, sirvieron la cena. Los tres comían en silencio Agustín a veces le hacía miradas furtivas a Anna, ella fingía que no se daba cuenta terminaron de cenar y Anna acompañó a Sofía a la sala mientras que Agustín subió al estudio

Después de conversar un rato, Anna se despidió de Sofía pues ya era muy tarde y tenía que conseguir un taxi para irse. Ah Anna no le gustaba manejar, no era que no supiera, pero ella prefería aveces caminar un rato para distraerse y después tomaba un taxi, Apesar de que era de una familia adinerada Anna no era pretenciosa tampoco le gustaba menospreciar a la personas.

— Sra Sofía me tengo que ir ya es muy tarde, y mi padre y mi nana deben de estar preocupados por mi — dijo la chica.

Agustín también ya se iba de la casa de sus padres, así que a Sofía se le ocurrió mandar a Anna con Agustín para que no se fuera sola y así se conocieran ella sabía que no se habían visto desde el compromiso.

— ¿Ya te vas hijo? — preguntó Sofía

— Sí madre, ya me tengo que ir — contestó él, sin poner mucha atención ñ.

— Ha que bien, ¿Podrías llevar a Anna a su casa? por favor — al escucharla, Agustín frunció en ceño, pero al ver a su madre no le quedó de otra más que aceptar.

Sofía salió junto con ellos para despedirlos. Anna subió al asiento del copiloto Agustín se sentó en el asiento del conductor se abrocho el cinturón de seguridad y hecho andar el auto

En el auto

Después de que salieron de la mansión Agustín y Anna iban en completo silencio, hasta que Agustín no aguanto más y detuvo el auto, le dío a Anna una mirada fría y preguntó.

— Digame Srta Anna ¿Qué pretende con este adsurdo matrimonio? ¿Qué beneficios quieres conseguir? O acaso ¿Está usted enamorada de mí? Y no encontró otra manera de atraparme.

Anna esbozo una sonrisa y le contestó.

— Sr Álvarez, de verdad usted se cree tan bueno, para que cada chica caiga por usted. Talvez sea el caso de algunas pero no el mío yo tampoco quiero casarme con usted — esto molesto a Agustín

— Me estas diciendo, que soy muy poca cosa para ti —contestó enojado Agustín

Anna puso sus ojos en blanco, se canso de la discusión así que decido bajar del auto.

— No es necesario que me lleve hasta mi casa — diciendo eso, se desabrocho el cinturón, abrió la puerta y se bajó del auto. Agustín se quedó perplejo, al ver lo que la chica había hecho.

Pará fortuna de Anna iba pasando un taxi, ella lo detuvo, se subió y se fue dejando a Agustín ahí perplejo en el auto. El se enojo por la actitud de Anna encendió el auto y se fue pensando en que iba hacer con ella ya que nadie en su vida había actuado así con él.

Mientras tanto, Anna llegó a casa y feu a ver a su nana María

—Hola nana, ya llegue — Dijo Anna en un tono dulce.

— Mi niña ya llegaste a casa ¿cómo te fue? Ya me había preocupado porque no llegabas, pero como sabia donde estabas me tranquilice y ya no moleste a tu padre — Anna suspiró — Hay nana ya ni me lo recuerdes, dentro de lo que cabe me fue bien, la señora Sofía es muy agradable y pero Agustín es grosero y prepotente, confieso que ya empiezo a odiarlo.

— ¿Por qué dices eso mi niña? — pregunto María.

— Verás, su madre y yo estabas apuntó de cenar, cuando el llegó a su casa, sólo salido a su madre y a mí me ignoró y después pues me dijo que si pretendo algo o estoy enamorada de él y no encontré otra manera de atraparlo, puedes creerlo nana, como si hubiese sido mi idea casarme con él —Maria acarició la cabeza de Anna

— Mi niña, es normal que piense de esa manera — dijo la nana, para tranquilizarla.

— ¿Normal nana? Eso no es normal, si no quiere casarse que solo le diga a sus padres y que cancele todo, por que demonios piensa que soy yo la que se quiere casar con él. Nana esto me frustra y me da coraje, no se ni siquiera como le voy hacer cuando me case con él, no se en que estaba pensando mi padre. — dijo la chica muy enojada y María solo sonrió, sabía de ante mano como era la chica, después de todo ella la había  visto crecer 

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