Capítulo cuarenta y ocho.
Eva reconforto a su amiga, tal y como David le había dicho, tambien entro David, a verlas los tres lloraban era un dolor inmenso que sentían.
Despues de un rato Sofia y Sebastian entraron a verla.
Sofia abrazo a Anna — Anna tienes que ser fuerte, se que es doloroso, pero recueda que a ellos no les gustaria verte asi
Anna sollozando le contestó — lo sé, se muy bien eso, pero no puedo evitarlo me duele mucho.
— lo sé pequeña, pero aquí estamos para ayudarte, en lo que necesites, puedes contar con nosotros, no estas sola.
— gracias, muchas gracias de verdad, lo aprecio mucho.
Anna fue a su casa en compañía de Eva para cambiarse, pues Agustin y Javier, ya se habían encargado de todo los tramites correspondientes.
Todos fueron a cambiarse para llegar a lugar donde velarian, los cuerpos.
Todo esto parecía una horrible pesadilla para Anna, pero aun asi trato de mantenerse en pie, y daba gracias, por tener tantas personas a su lado.
Todo paso tan rápido, Anna se despidio de su nana y