Brax
“Sigue”, me grita Damien mientras intento alcanzar al coche que acaba de salir de la estación.
“Estoy pisando a fondo, puta madre”, le grito en respuesta. “¡Esta chatarra no puede ir más rápido!”.
El coche frente a nosotros se salta los semáforos y tengo que pisar el freno para evitar que alguien nos choque por los lados.
“¡Acelera, mierda!”, grita Damien cuando el semáforo se pone verde.
Avanzo a toda velocidad y casi atropello al peatón que cruza la carretera mientras le corto el paso a otro conductor. No podíamos perder a este tipo.
Damien me había puesto al corriente del plan antes de que Dane lo contactara por enlace mental.
Me había dicho que nos prepararíamos para la llegada de Serkan. Y en un abrir y cerrar de ojos, todo había cambiado. La amenaza ya estaba aquí y apenas teníamos idea de a qué nos enfrentábamos.
Giro una esquina y hago que el coche se pare en dos ruedas. Por la esquina de mi vista puedo ver a Damien agarrarse del panel de herramientas. Él quería qu