Para Minato, el nivel de cercanía que se experimentaba cuando otra persona lo tocaba, era algo que no podría olvidar. Ahora mismo, mientras los dedos de Akari peinaban su cabello, y centraba sus movimientos con cuido, incluso tuvo la sensación de sentirse apreciado. Después de todo, ¿cuánto tiempo había pasado desde que esta sensación de paz y tranquilidad residió en él por última vez?
Años… varios años.
Akari se movía con un cuido destacable: sus dedos al compás del peine, e incluso ahora, al tenerlo tan cerca mientras le arreglaba el flequillo, sentir su fragancia… Lejos de ser atraído por este hombre, se sentía especial; y eso podía ser una tontería para un adulto de su edad, mas no le importaba.
Al recordar su infancia, su madre solía ser quien lo peinaba; ella dejaba que a sus niños les creciera el