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El cuerpo de Kayla aceptó el antídoto y rápidamente mostró signos de mejoría. La Dra. Zta aumentó su dosis cuando consideró que era necesario y al año de tomar los medicamentos, sus síntomas desaparecieron por completo.

Le retiraron los medicamentos y se le permitió a su cuerpo realizar una curación menor, especialmente en sus huesos. Esto era necesario para determinar si sus rasgos de hombre lobo estaban en ella.

Aunque Stephanie intentó no hacer mucho escándalo por esto, se preocupó mucho. Era importante para la supervivencia de su hija y, dado que su padre era un Alfa, era propensa a sufrir más amenazas en su entorno. Sin embargo, su curación fue rápida, aunque no tan rápida como la de un hombre lobo normal, especialmente uno que no sufrió el trauma por el que pasó Kayla, pero se curó a buen ritmo y la Dra. Zita estaba segura de que solo mejoraría a partir de ahí en adelante.

Stephanie quedó satisfecha con el resultado. Su única preocupación era por el niño, no podía dejar de