Londres, Inglaterra.
5 años después
Si tú me dices ven, lo dejó todo,
No volveré siquiera la mirada
Para mirar a la persona amada,
Pero dímelo fuerte y de tal modo,
Que tu voz como toque de llamada
Vibre hasta el más íntimo recodo de mi ser
Levante el alma de su lodo
Y hiera el corazón como una espada
Si tú me dices ven todo lo dejó…
Astrid cerró el libro al ver ese poema en específico, adoraba la poesía, pero ese tipo de verso en específico aun le recordaba con demasiada dureza la soledad a la que, a pesar de todo, no terminaba de acostumbrarse.
¿Quinta avenida me dijo? – dijo la taxista frente a e