Rodrigo dijo, "Lo sé."
"¿Y lo pones en casa de los demás?" Gabriela no entendía por qué lo hacía, "Eres tú quien no quiere a Gemio, ¿verdad?"
¿Gemio?
Se le encogió el corazón al oír el nombre, ¿el bebé se llamaba Gemio?
"¿Ese es el nombre que le diste?" ¡Dijo en voz ronca!
A Gabriela se le heló el corazón y ni siquiera quiso molestarse con sus preguntas, lo único que quería ahora era su bebé.
"Tráelo de vuelta o hazme saber dónde vive tu amigo y yo lo llevaré de vuelta, el bebé es mío y no puedes ponerlo en casa de otra persona, no tendrás miedo de que el bebé sea un obstáculo y se interponga entre tú y Emilia ¿verdad? Si es así. Sólo dilo, puedo ocutarlo y no decir nada a nadie sobre la identidad del niño, podéis seguir con vuestra relación o incluso casaros..."
El rostro de Rodrigo se fue enfriando poco a poco.
"Cuando termines, cállate, te doy el bebé, dame unos días..."
"¡Lo quiero inmediatamente, ahora!" ¡Gabriela no quiso esperar ni un momento más!
Rodrigo no estuvo seguro del pa