En la familia Altamirano habían tenido una dolorosa perdida, cuando regresaron a casa, Camill cenó con sus hijos, el Ceo Mexicano apenas probó bocado, cada padre acostó a a cada uno de sus hijos, Camill a Daniela y Valentina, Cristóbal a su tazmanio
Papá! llamó Cristóbal, la abuela está en el cielo, no sufras por ella, está con los ángeles, yo siempre voy a estar contigo, aunque estudie lejos de casa siempre puedes llamarme cuándo me necesites
Los hermosos ojos verde mar de su hijo lo observaban, Cristóbal asintió lleno de sentimiento en el pecho, cuánto amaba el a su pequeño, y pensar que se lo cedió a Camill aún sin siquiera haberlo engendrado, recordaba la primera vez que lo vio cuando llegó al mundo, en ese momento se apoderó de su corazón y supo que lo protegería con su propia vida de ser necesario, de niño el tenía esa misma relación con su padre, pero cuándo se fue a estudiar al colegio San Pablo y regresó había cambiado
Cristóbal se había dedicado al trabajo y a acostarse con