Camill despertó adolorida de todo el cuerpo, la cabeza parecía que iba a explotarle, ella estaba completamente desnuda, pero su mayor sorpresa fue qué ella estaba abrazada al cuerpo desnudo de su temible esposo, Cristóbal Altamirano
Qué demonios me hiciste? maldito pervertido! Camill comenzó a golpear a Cristóbal con una mano mientras que con la otra mano sostenía la sabana con la que cubría su desnudo cuerpo, como podía ella haber caído en las garras de tan despreciable sujeto! tan egocéntrico, tan frío y cruel
Basta! cálmate mujer! No te e hecho nada... bueno si, un poco.. el imponente Ceo aclaró su garganta, pero no es nada que una pareja de recién casados no haría! somos esposos lo olvidaste?
Cristóbal estaba perdiendo la paciencia, de qué lo estaba acusand