Vera sacudió la cabeza. “No, de hecho estudié arqueología…”.
“¿Arqueología?”. Merlin se rio entre dientes antes de decir con seriedad: “Señorita Lavor, creo que debería estudiar criminología en la Universidad de California. Su departamento de criminología es el mejor de Estados Unidos, y creo que tiene un don para ello”.
De alguna manera, Vera sonrió al oír a Merlin mencionar las carreras académicas. “Me halaga, Capitán Lammy, pero preferiría no lidiar con criminales y su naturaleza turbia a diario; la arqueología es más sencilla”.
“Bueno, es una pena que no quiera ser policía”, respondió Merlin. “Siempre nos faltan talentos como usted”.
Aun así, Merlin comprendía que Vera era tan misteriosa como importante, y definitivamente no era de las que se dejaban influenciar por meras palabras.
Sin inmiscuirse en el asunto, dijo rápidamente: “En fin, la idea de la Señorita Lavor debería ser bastante fiable. Haré que los técnicos la prueben, y si tiene éxito, también serviría para el trabaj