Charlie se rio entre dientes. “Bueno, solo vine a presenciar tu gloriosa estatura en persona, así que imagínate mi sorpresa al verte ahora discapacitado. Debe ser duro perder la mano izquierda, ¿no?”.
Arlo seguía preocupado, pero fingió compostura y espetó: “Acaba con esto. Deja de dar vueltas”.
Charlie asintió y se sentó frente a él, sonriendo. “De acuerdo, seré sincero. Vengo a ofrecerte un favor”.
Sacó una Píldora Regeneradora y continuó: “Mira: esta es una Píldora Regeneradora y remodela tu cuerpo como su nombre indica. Olvídate de perder una mano; podrían amputarte todas las extremidades y aun así te volverían a crecer”.
Los ojos de Arlo se agrandaron al ver la píldora.
Hace un momento, había pensado que la única opción para volver a ser uno solo era conseguir una, y que no había otra alternativa.
Antes era pesimista al respecto, ya que la Píldora Regeneradora costaba una fortuna, y además, ¿cómo podría comprar una?
Le sonrió con ironía a Charlie y dijo: “Señor, por favor,