Vera no pudo evitar preguntarle enojada: “¿No deberías llamarme ‘cariño’ también?”.
Charlie tosió dos veces y le preguntó: “No hay nadie más aquí. ¿De verdad quieres que te llame así?”.
Vera se sintió agraviada y dijo: “Acordamos esto hace un momento…”.
Charlie inmediatamente dijo seriamente: “Está bien, cumpliré mi promesa”.
Después de reajustarse, dijo: “Cariño, llegaremos al aeropuerto en media hora”.
Vera sonrió dulcemente y dijo: “Entendido. ¡Gracias cariño!”.
Satisfecha, no pudo evitar notar la mano izquierda de Charlie en el volante y preguntó con curiosidad: "Cariño, ¿no llevas el anillo que te regalé ahora?”.
Charlie respondió casualmente: “¿Por qué debería usarlo? El anillo reconoce a tu padre como su propietario, no a mí. Si nos encontramos con un peligro juntos, aun así me llevará a ti. Si realmente nos encontramos con Fleur, ¿no sería yo como si un insecto se quedara atascado, incapaz de escapar de su alcance? Sería como darle a ella el anillo a cambio de nada. Ento