Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
Apenas acomodé a Amaia en el auto y ella de inmediato, cerró los ojos. No podía creer que las dejé unas 4 horas máximo y acabaron ambas en esas condiciones tan terribles, lo que provocó que yo discutiera con la güera, de camino al departamento.
–Axel ya bájale a tu enojo – Mi amiga seguía en ambiente – Además Amaia ya se ha quedado dormida.
–Me parece el colmo güera, que viendo tú misma hace rato que Amaia se desmayó, te atrevieras a darle de tomar – Le reclamé – Por si no lo sabes, hoy le fueron a sacar sangre porque van varias veces que se desmaya.
–Eso no lo sabía Axel y no soy adivina. Ella, tú chica no me dijo nada y lo siento, pero nada quita lo bien que nos la pasamos.
–Tanto qué mírala cómo está, se acaba de quedar dormida y mañana tiene que ir a la escuela, parece que no piensas güera.
–Para Axel, detente que quiero devolver – Justo lo que me faltaba pensé.
Me orillé a un costado de la Avenida para que ella, se bajara a devolver. Ama