El Secreto de Natalia Vidal
El Secreto de Natalia Vidal
Por: MuSubi GR
¡¡Sorpresa!!

El agua cristalina refleja el bello atardecer que se pone en el horizonte, dentro del agua se puede ver el centenar de monedas que las personas arrojan pidiendo deseos, el lugar está casi solitario, solo un hombre que no creé en esas tonterías, pero había hecho una apuesta y ahora tenía que cumplir, viendo que nadie lo vea cierra los ojos dándole la espalda al agua, “que estupidez” piensa en sus adentro, entre abre los ojos para ver qué nadie lo vea, mueve los labios de un lado a otro pensando en que pedir, al tenerlo sin más rodeos lanza la moneda al agua

-¿Y ahora?- se pregunta, mirando su moneda como cae al fondo, la contempla por largo rato- siempre lo he dicho esto de los deseos es una tontería- comienza a ocultarse el sol, pronto será de noche toma su chaqueta negra da medía vuelta para ir por su auto, a la distancia comienza a escuchar los sollozos de una persona, no sabe de dónde viene; sigue el ruido hasta un callejón dónde está una joven rubia con el cabello totalmente desaliñado, la cara, manos y ropa cubiertas de tierra, se ve que es de la calle, camina errática, viene sosteniéndose de la pared apenas puede estar de pie, mira al hombre, mueve los labios tratando de pedir ayuda pero se queda en el intento, sin poder más se desmaya, el hombre corre de inmediato a auxiliar- ¿Quién eres?...

****

La ciudad saluda a todos con el sol resplandeciente que sale detrás de los edificios, un Mercedes negro que es manejando por un hombre, viaja por la bellas y estrechas calles, como extrañaba su ciudad regresa después de cinco años de estar estudiando en el extranjero, nadie de su familia había ido por él al aeropuerto, su madre tal vez en sus reuniones benéficas o en sus juegos absurdos con sus amigas, su padre metido en la empresa o con la amante que tenía desde que se fue, lo que no podía comprender era porque su madre aún no lo dejaba, porque soportaba que fuera la burla de todos lo que sabían que había entré el gran Alexandro De La Rosa y su asistente, como la odiaba por meterse con su padre, por ser una oportunista. Su hermana tal vez en la universidad así que tampoco tenía tiempo de ir por él, o no, solo Dios sabía dónde estaba; con unos padres metidos en sus vidas no entendía para que habían sido padres si siempre estaban tan ocupados para prestar atención, pero para que pensar en esas cosas; ahora venía feliz por terminar su maestría en el extranjero, y tener a una gran mujer como novia, de hecho le daría una gran sorpresa, no le había dicho que volvía, se estacionó enfrente de un complejo de departamento elegantes, todos pintados sobriamente, se bajó del auto sacando su saco beige después una maleta, si a su familia no le importaba en ir a recogerlo porque le importaría a él avisar a dónde había llegado, entro en el edificio pensando en su mujer, era la hora de la comida así tendría que estar en casa, tal vez la convencería de quedarse, ya la extrañaba, la última vez que la vio fue cuando ella había ido a visitarlo a España, más de medio año pero desde hoy todo sería diferente; 

-Señor De La Rosa- un hombre delgado, alto, de poco cabello estaba en la puerta de acceso del edificio G, sonreía habían sido tantos años sin verlo- que gusto de volverlo a ver señor,  

-A mi también me da gusto verte Luis, vengo a ver a Azucena ¿se encuentra?- el hombre quiso tomar su maleta para ayudarlo pero el señor De La Rosa no lo dejo

-Si señor pero…- pero el joven no esperó más, deseaba estar en sus brazos dejando fuera todo el exterior, camino directamente al elevador, subir hasta el cuarto piso se le hizo eterno, saco la llave de su bolsa, el departamento siempre lo compartió con ella, tal vez la encontraría en la terraza tomando el sol, al llegar a la puerta sonrió pensando en la expresión de alegría al verlo, introdujo la llave, abrió despacio sin hacer mucho ruido, de pronto comenzó a sonar el teléfono pero nadie lo atendía, al entrar dejo la maleta en el suelo y comenzó a buscar a la mujer por todo el departamento, no había nadie en la estancia, ni en al terraza, ni en la cocina, frunció el ceño era muy pronto para que estuviera en cama, sus pasos lo guiaron a aquella puerta donde detrás le había echo el amor tantas veces, comenzó a escuchar un pequeño quejido, después un gemido, se preocupó tal vez estaba enferma, abrió la puerta de golpe encontrándose con la escena más desagradable, Azucena totalmente desnuda sobre un hombre gordo, estaban en su propia cama, los dos dejaron de hacer lo que tan concentrados estaban haciendo, voltearon a ver al que acababa de irrumpir, la mujer abrió los ojos, busco una sábana para cubrirse “Diablos”; 

-¿Qué haces aquí?- grito la mujer con alarma, se levantó del hombre tomando una bata- amor esto no es lo que crees el es…

-No me digas que tú primo- dijo con sarcasmo- se muy bien que ese es tu jefe, acaso me crees estúpido, todas las mujeres como tú solo buscan acceder en sus trabajos pagando a sus jefes con sexo- ella intento tocarlo pero de un manotazo le quitó la mano- no me toques me das asco,- como hombre trago el nudo de su garganta, nunca lloraba y menos por una mujer- maldita sea vine a darte una sorpresa y el que terminó sorprendido fui yo- saco una caja con un anillo- ahora esto no tiene importancia- la arrojo al sofá con desprecio, como tonto había ido a la joyería en España para comprar el mejor anillo porque supuestamente ella se merecía lo mejor, que estúpido se sentía; ella se acercó, con lágrimas en los ojos, maldita sea porque tuvo que llegar;

-Álvaro cariño perdóname, ese cerdo me obligó tienes que creerme,- lloraba a mares, no podía dejarlo ir, a él no- yo te amo- miro la caja con el anillo- me encantaría ser tu esposa- Álvaro comenzó a reír todavía creía que se casarían que tonta era, se limpio las lágrimas- perdóname seré la mejor esposa del mundo te lo prometo- eso hizo reír más a Álvaro, la miro un momento antes de salir corriendo de ahí;

-Has lo que quieras con el maldito anillo pero tú y yo nunca nos vamos a casar y quiero que desocupes mi departamento, para la próxima semana te quiero fuera- camino hasta su maleta tenía que salir de ahí antes de devolver todo lo tenía en su estómago, era asqueroso todo lo que vio, a parte de las ganas que tenía de estrangular a la mujer

-Cariño no me puedes hacer esto a dónde voy a ir ¿a dónde voy a ir?- lo siguió, ahora se había quedado en la calle- deja que te explique por favor, no puedes dejarme aquí así, por favor perdóname…

Álvaro no se detuvo, con su maleta en mano salió subió de nuevo en su auto sin mirar atrás, sabía que Azucena venía detrás rogando que la escuchará ¿para que? si solo podía salir mentiras de su boca, no caería de nuevo, arrancó dejando las marcas de sus neumáticos en el asfalto de la calle

-Eres un idiota por qué no me advertiste Luis- le reclamo golpeando su pecho a puño limpio- imbécil por qué lo dejaste subir 

-Te marque pero tú no me contestaste por estar muy entretenida- miro al hombre que bajaba acomodándose la camisa- y que querías que le dijera que te esperara aquí hasta terminas tu acenso en la empresa del señor gordo ese- el hombre llegó antes ellos, le dio una pequeña caricia en la mejilla que de inmediato ella retiro su mano

-Fue un gusto, si quieres yo puedo ponerte una casa preciosa- ella lo vio con desprecio, había accedido por querer más solo unos meses en los que volviera Álvaro y la convirtiera en la señora De La Rosa

-Vete infeliz, esto ha sido un error- el sonrió de lado- no quiero nada de ti estúpido cerdo- el hombre soltó una carcajada, había sido la mejor experiencia sexual de su vida

-No dijiste lo mismo hace unos minutos, cuando estabas en mis brazos preciosa, mi oferta está en pie, si quieres te puedo poner una casa- la miro de arriba a bajo- te espero en la oficina no tardes Azucena- el hombre salió carcajeándose, ella lo vio con odió

-¿Qué quiso decir Azucena?- Luis la miro directamente a los ojos- ¿Qué pasó idiota?

-Álvaro me echo del departamento, ahora estoy en la calle ¿que voy hacer?- comenzó a llorar sus sueños se estaban yendo de sus manos, ya no tendría el dinero, ni las joyas que tanto había soñado, Luis la tomo de la muñeca con fuerza

-Eres una estúpida así que lo que primero tienes que hacer es dejar que las cosas se enfríen- la condujo al elevador- después irás a buscar Álvaro para pedirle perdón, tu sabes cómo manipularlo para que esté otra vez en tus manos- la dejo en la puerta del departamento- pero el tiene que ser tu esposo a como de lugar me entendiste Azucena, acomodé lugar Azucena…

Álvaro llegó a la casa de sus padres, realmente no quería estar ahí pero por ahora no tenía a dónde ir, vio la mansión con sus jardines alrededor, cuatro árboles frondoso enmarcaban la vista, estaban perfectos para dar una sombra fresca, el jardín trasero contaba con un pequeño estanque con patos y peces de colores, el estanque era atravesado por un pequeño puente verde, que daba con una pared de hierba. Todo estaba como recordaba solo que este día había mucho movimiento, personas acomodando sillas, mesas, otras probando el sonido, ahí no podría estar solo como quería, regreso de nuevo a la casa por una puerta de cristal era mejor encerrarse en su habitación, no tenía humor de ver a nadie, y por lo visto su padre tendría una fiesta, iba subiendo el primer escalón

-¡Álvaro! Hijo mío ¿a qué hora llegaste?- sonrió claro que no sabía, siempre estaba en sus negocios, o su amante no le habría dicho la hora de su llegada, también podía ser una opción, tenía sabido que no era de su agrado

-Hace una hora padre- dio media vuelta viendo al hombre que le había dado la vida, un hombre alto, de cuerpo fuerte y fornido, de ojos verdes con un toque azul, su bigote bien cuidado- que no te dijo tu…

-No, Natalia me dijo que llegabas una hora más tarde ¿Qué pasó?- Alexandro tenía claro que su hijo había escuchado los rumores que circulaban por la empresa- ¿Por qué no avisaste el cambio de vuelo?

-Pues quise llegar más pronto para dar una sorpresa a…- sonrió el sorprendido había sido él y era mejor ni mencionarlo- no importa, pero no te preocupes papá no voy a estar en tu fiesta

-Hijo ven al estudio tenemos que hablar- su padre le extendió el brazo con afecto, aunque nunca le decía, lo amaba, era su mayor orgullo, al entrar al estudio cerró la puerta- primero quiero felicitarte por tu maestría, se que te graduaste con excelencia

-Gracias papá- para Álvaro saber que su padre estaba enterado de sus vida lo lleno de emoción

-Lo segundo es que es hora de que sientes cabeza, pronto tú serás el que dirija la empresa y vas a necesitar a una mujer a tu lado para que te apoye, una mujer que sea tu fuerza- sonrió con ironía, hace una hora el tenía la ilusión de comenzar una nueva etapa con la supuesta mujer que amaba, una mujer que le era infiel con su jefe, que suerte tenía su padre de estar con su amante sin que ella tuviera a otro

-Papá ahora no quiero hablar sobre eso, ya habrá tiempo lo que ahora quiero es comenzar a trabajar, a implementar mis ideas en la empresa primero que tú des el visto bueno- no tenía pensado en casarse en corto tiempo, tendría que reconstruir su corazón- además falta mucho para que asuma la presidencia- Alexandro movió la cabeza negativamente

-Eso tu y yo no lo sabemos pero bueno quiero que sepas Álvaro que tengo una persona indicada para ti, quiero que te des la oportunidad de conocerla más, es una mujer hermosa, y se que con el tiempo la llegarás amar- su hijo lo veía sin entender, el no tenía, ni quería tener ninguna relación, ni mucho menos pensaba en casarse, ¿porque su padre le quería imponer una mujer?

-Ya papá ¿de quien se trata?- se cubrió la cara, no le costaría nada solo escucharlo- aunque de una vez te digo que no tengo planes a casarme pronto- miro de frente a su papá que igualmente él lo miraba 

-Ella es Natalia se que no la conoces, que crees los rumores pero ella es una mujer…

-Tu amante, ósea quieres meter a tu amante en está casa, quieres que sea una mujer respetable y para eso me necesitas a mi, pues de una vez te digo que no!- levantó la voz, ¿cómo su padre le pedía eso?, ¿Quería que todos se rieran de él a sus espaldas?- ¿te has vuelto loco verdad?- camino de un lado a otro

-No hijo, escúchame Natalia Vidal no es mi amante- Álvaro no pensaba escuchar más tonterías, quería salir corriendo- Álvaro escúchame, ella necesita…

-No padre, no pienso complacerlo con esta tontería, desde que llegó a trabajar a la empresa ella supo como escalar, para llegar a hasta donde está, además es una mujer fría, una mujer sin sentimientos, parece un robot, no entiendo cómo usted se puede…- una bofetada silencio a Álvaro, su padre no toleraría ninguna falta de respeto, Álvaro regreso la vista su padre veía la mano una y otra vez, le había pegado a su hijo,

-Te lo vuelvo a decir ella no es mi amante, algún día te arrepentirás de toda esta sarta de mentiras hijo- Álvaro no quería seguir escuchando- ¡hijo!, ¡hijo!- el salió al jardín por culpa de aquella mujer su padre le había puesto la mano encima, se tocaba la mejilla que ardía, nunca lo había hecho y eso dolía más, respiraba con desesperación que más podía pasar primero Azucena, y luego su padre, no podía creer lo que acaba de escuchar el casado con… un ejército de sirvientes caminaba de un lado a otro acomodando las mesas, en medio de todo la causante de su enojo, de su frustración y de qué su padre le pegará

-No sé saldrá con la suya, no será mi esposa- se dijo caminado hacia ella, era igual que como la recordaba hace años, hasta estar a centímetros le hablo con odió- tu jugada no salió como esperabas, yo no seré tu esposo, busca a otro idiota para casarte- ella lo miro con sus ojos verdes sin entender por completo lo que Álvaro le decía

-No entiendo…- él soltó una carcajada, ahora se hacía la mustia

-Tu no serás una De La Rosa, así que busca a otro para hacer tus engaños querida- sin esperar ninguna explicación dio media vuelta, parecía un león enjaulado, Natalia solo movió la cabeza de un lado a otro, don Alexandro ya le había dicho su tonta y absurda idea, miro el cielo 

-¡Dios ayúdame!-  regreso la vista a su trabajo, más adelante tendría que hablar con su jefe, el no tenía ningún derecho a disponer de su vida, y arreglar un matrimonio entre su hijo y ella. Tenía que dejar las cosas claras con Álvaro, ella no necesitaba el nombre de nadie, ella podía salir adelante por sus propios medios como lo venía haciendo desde hace ocho años, aún cuando muchas personas mal intencionadas ensuciaban su reputación, ella tenía la conciencia tranquila, don Alexandro era con su padre uno que nunca tuvo…

-Esta mesa va allá- grito al hombre de uniforme gris- eres un idiota Álvaro- dijo sin importar quién la pudiera oír,- pero ten por seguro que te demostraré de lo soy capaz de hacer…

Ya la absurda idea de su padre había llegado a oídos de su esposa, que se sentía indignada; como su esposo pretendía casar a su hijo con una don nadie, solo porque era familiar lejano de los Vidal de las empresas de autotransporte no podía obligar a su hijo a que se casará con ella, realmente no tenía nada en contra de ella pero le faltaba mucho para poder está a la altura de su hijo, 

-¿Dime qué es una tontería lo que Álvaro dijo?- entro al despacho sin llamar a la puerta, sabía exactamente qué su esposo estaba revisando las últimas facturas- ¡dime qué no le pegaste a tu hijo!

-No, no es ninguna tontería creo que Natalia y él se llevarían de maravilla, creo que Natalia es ideal para él- miro a su esposa un momento, sabía que ella tampoco la quería en su casa, al principio cuando llegó a trabajar Natalia su esposa pensó que era su hija hasta que comprobó lo contrario, pero aún no entendía su obsesión por protegerla- me gustaría que ella fuera la esposa y madre de mis nietos, y lo del golpe fue un error que estoy arrepentimiento

-Alexandro deja que Álvaro decida si quiere eso para el- tomo una copa de vino- no puedes obligar a nuestro hijo hacer algo que no quiere, dime qué está pasando que te siento extraño, ¿estás bien?

-Si cariño, todo bien, es sólo que veo por la felicidad de mi hijo y se muy bien que ella lo podrá hacer feliz, es una mujer inteligente, decidida, sin miedo, que siempre lucha por lo que quiere, ya vez está pronta a conseguir la carrera de diseño automotriz y con el mejor promedio- se sentía orgulloso de ella, como de poco en poco había logrado tener su carrera, tener una vida diferente a lo que su familia le había dicho

-Pues deja de lado esa tonta idea Álvaro no va dar su brazo a torcer, primero se casa con otra antes que hacerte caso a ti, siempre ha sido así, tú le decía negro y el se iba por el blanco- Alexandro sonrió, eso había sido lo que siempre le gustó de su hijo, de hacer el las cosas a su manera, pero en esta ocasión el tendría las de perder, el se terminaría casando con Natalia Vidal aunque no quisiera- deja te digo que Natalia es una muy buena organizadora, todo en el jardín está quedando de maravilla, el siguiente evento le pediré ayuda

-Me alegra que te guste, si me disculpas tengo que hacer una llamada- Diana intento levantarse pero su esposo lo impidió- no te vallas cariño, puedes quedarte lo que voy hablar puedo hacerlo enfrente de ti- su esposa lo vio, cuando tenía esa sonrisa era que algo estaba planeado, algo que no les gustaría a nadie más adelante.

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