Valentina Petrova
Había llegado a la ciudad era enorme pero sinceramente no me había sentido como en este lugar, creo que la ciudad ya no era mi lugar seguro.
No conocía a ningún pueblo cercano.
Decidí alquilar en un lugar no muy lujoso pero tampoco en uno muy feo, no sé cuántos días habían pasado pero me había quedado en un hotel y ya estaba cansada de estar ahí para mi buena suerte no me había dado más hambre supongo que había consumido la suficiente sangre ya que el hombre.
Había contratado a alguien que se encargará de conseguirme un apartamento y yo ya era el día de al fin poder verlo.
Me entré al edificio ahí estaba la mujer.
Suspiré cuando su sangre me comenzó a llamar.
Se supone que estaba satisfecha.
Traté de no respirar evitando oler así está exquisita sangre.
— Que le parece Srita Petrova?— Preguntó la mujer le sonreí.
— Exquisita — ella sonrió si supiera que no hablo del apartamento sino de su sangre.
Decidí centrarme en el lugar era amplio tenía dos habitaciones