287. LA VERDADERA INMORTALIDAD
NARRADORA
La magia contenida en su cuerpo bullía emocionada a medida que iba subiendo más y más hacia la cima de la montaña.
Frederick escondió el pedazo faltante del Corazón en la cúspide de la montaña más alta, medio oculta entre las nubes.
Las patas del enorme lobo se aferraban a la grava. Escaló por el camino serpenteante y resbaladizo hasta que pisó las rocas firmes.
La bruma de las nubes cubría el aire, haciéndolo frío y trayendo una atmósfera de misterio.
Pero Khalum sabía exactamente dónde se encontraba esa energía divina que había sido tan contaminada por la maldad de los seres mortales.
Sus almohadillas se hundían en la hierba que hace unos días era verde brillante, húmeda, y ahora se marchitaba por la maldición que habían dejado en el centro del claro.
“Ahí está, Khalum, ¿qué crees que suceda cuando lo recuperemos?”
Drakkar le preguntó con algo de incertidumbre. Sabiendo de su origen, lo que más les preocupaba era una treta de los Dioses.
“Debemos hacerlo. No tengas miedo,