Daniela sonrió: —Muy bien, me quedo aquí esperando. ¡Vamos, Luciana, llama!
Daniela claramente quería ver un espectáculo.
Luciana estaba confiada. ¡No podía creer que Mateo, bajo el hechizo de corazones unidos, tuviera algún contratiempo!
Luciana sacó su teléfono y marcó el número de Mateo. Miró a Daniela con confianza: —Daniela, observa bien. ¡Ha llegado el momento de tu humillación!
El tono de llamada sonó una y otra vez, pero nadie contestó.
Pronto, se escuchó una voz fría y mecánica desde el otro lado: —Lo sentimos, el número al que llama no está disponible en este momento. Por favor, inténtelo más tarde.
Mateo no contestaba el teléfono.
¿Por qué no contestaba?
Luciana se alarmó un poco. Inmediatamente volvió a marcar el número de Mateo, pero después de varios intentos, Mateo seguía sin contestar.
El corazón de Luciana se hundió lentamente. Mateo no contestaba sus llamadas.
Anoche Mateo había quedado con ella para comer aquí, pero no había ni rastro de él.
¿Qué significaba esto?
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