Valentina sintió como si la pusieran sobre fuego. ¿Qué estaba haciendo Mateo? ¿Tanto quería escucharla decir "Mateo"?
Seguramente solo estaba burlándose de ella otra vez.
Valentina le lanzó una mirada fulminante.
Mateo, al recibir esa mirada, curvó ligeramente sus labios, pareciendo de buen humor.
En ese momento sonó una melodiosa tonada de teléfono. Valentina recibía una llamada.
Como si fuera un salvador, Valentina se levantó de inmediato: — Sigan comiendo, saldré a contestar una llamada.
…………
Valentina fue al pasillo para contestar. Era Daniel quien llamaba.
— Valentina, ya he llegado a Nueva Celestia. ¿Dónde estás?
— Senior, estoy en Ushuaia ahora. Volveré en un par de días.
— Bien, te esperaré.
Valentina colgó y se dio la vuelta, pero al girarse chocó directamente contra un cálido y firme pecho.
— ¡Ah!
El teléfono se le escapó de la mano y cayó directamente al suelo.
¡El teléfono!
Valentina extendió apresuradamente su mano para recogerlo.
Pero una mano grande y de nudillos pronunc