—Zeynep —Me tense al escuchar esa voz, ¿Acaso era posible?
Me volteé lentamente, sin darme cuenta había cerrado mis ojos. Los abrí, siendo a Elif lo primero que ellos veían, aunque tenía el rostro demacrado y un poco baja de peso, era ella. Mi hermana.
Debía de ser un sueño, eso tenía que ser.
— ¡Por Alá!, casi me matan y estoy aquí parada frente tuyo y no me abrazas. ¡Noah! ¿Qué han hecho con mi Zeynep?
Alzaba sus brazos al cielo mientras negaba, una sonrisa crecía en mi rostro mientras asimilaba que mi hermana se encontraba sana y salva.
— ¡ELIF!
Grité al salir de la sorpresa, sus brazos me rodearon haciéndome sentir una sensación de alivio y amor.
Fue tanto tiempo separadas, que nuestras almas se añoraban dando gritos que terminaban en el vagón de los recuerdo