POV ALEJANDRO

Todo lo que sale de la boca de Gabriel es mentira. Siempre ha sido así, lo aprendí a las malas, por eso ahora no lo quiero ver ni en pintura.

—¿Y por qué se supone que debo creerte?

—Porque te ha estado llamando desde hace tres días y no le respondes el teléfono e ignoras todas sus llamadas —vuelve a sonreírme— ¡Vamos, hermanito! Puede que te creas dueño de esto, pero las acciones no son cien por ciento tuyas y le tienes demasiado respeto a él cómo para negarte cuando te pide algo.

—Esto es diferente, Gabriel. Él sabe que no te quiero aquí y el porqué. Tú también lo sabes, y solo haces esto para joderme —trato de que mi voz suene tranquila, pero el saber que tengo que soportarlo así sea por un corto tiempo, me saca de quicio.

—Bueno, antes de venir aquí no estaba muy dispuesto. Supuestamente debo venir a aprender de ti lo que ya sé, porque aparentemente creen que soy un incompetente.

—Por supuesto que lo eres.

—Cómo digas —gira sus ojos—. A mí tampoco me agrada del todo l