Federico me besó y yo me perdí en el mar de sensaciones que me transmitió, pero unos aplausos nos hicieron volver a la realidad y al separarme de él vi a mi padre y mi hermano, eso fue algo que no me esperaba y quedé en shock.

—¡Felicidades, hija…! Me acerqué a Emily porque ella quedó totalmente congelada ante nuestra presencia y no es para menos, porque nos alejamos desde la última vez que me estuvimos en su casa, y si estamos hoy aquí es porque Federico nos quiso hacer partícipe de esta sorpresa, cosa que le agradezco mucho.

—¡papá! Corrí a sus brazos, gracias por venir.

—no llores mi princesa, ¡felicidades! Estoy muy feliz porque estás siendo tratada como te lo mereces.

—hermanita, ¿no hay abrazo para mí?

—Siii corrí a los brazos de mi hermano, les juro que no podía parar de llorar, ya que pensé que sería imposible que mi familia y mi esposo compartieran el mismo espacio y eso era algo que me entristecía grandemente. ¿Qué hacen aquí? ¿Cuándo llegaron?

—tu esposo nos invitó a tu fie