[Un mes después]
—¿Papá, cuándo me devolverás a mi guardaespaldas? —preguntaba con los brazos cruzados.
Estaba sentada frente a su escritorio en la empresa, mientras el pelinegro me observaba divertido desde su enorme sillón.
Nuestras discusiones se habían reducido a plantear y negociar sobre este tema, pero yo aún no había logrado ganar ni una sola batalla. Era casi imposible ganarle a Logan Walker.
—¿Quién sabe? Descubrí que es muy competente en lo que hace. —me dice con la misma sonrisa en sus labios y yo ruedo los ojos. Eso ya lo sé, papá—. Creo que me quedaré con Frank y con él.
¡¿Qué?!
Jamás.
—Papá... —le advierto, porque aunque lo había intentado, me había negado muchas veces. Aún así, había logrado quitarme a mi protector y novio desde hace tres días.
Sabía los verdaderos motivos por los cuales quería a Alex tan cerca de él, a mí no me engañaba.
—Te dejaré que escojas a cualquiera de los chicos en casa, son buenos en su trabajo y...
—No quiero a alguien bueno, quiero a Alex.