Tras considerarlo detenidamente, Hadad tenía en mente un candidato adecuado.

Los otros señores del universo enviarían a innumerables seres vivos al nuevo universo para obtener las bendiciones que aumentaran la fuerza de su universo.

En cambio, Hadad sólo quería enviar a una persona: James.

En ese momento, sintió un ligero conflicto.

Esperaba que James obtuviera grandes bendiciones del nuevo universo, se hiciera más fuerte y se convirtiera en un pilar del Duodécimo Universo.

Al mismo tiempo, también deseaba que James muriera en las batallas que tendrían lugar en el nuevo universo para tener una amenaza menos en el futuro.

Tras confirmar su decisión, se dirigió a la ubicación de James.

Era un Dios Ancestral del Macrocosmos, Señor del Duodécimo Universo, por lo que le resultaba fácil percibirlo todo en todo el universo.

Con un pensamiento, localizó a James. Luego, desapareció de la sala principal.

Al momento siguiente, apareció en el planeta por el que vagaba James.

En ese momen