Después de que Radomir se marchara, James simplemente se quedó contemplando. No tenía ni idea de cómo Radomir sabía que el Manantial Oscuro estaba en su poder ni la razón por la que le alertó de las consecuencias de divulgar la información.

"¿Quién es exactamente?". Murmuró James.

Luego, dejó a un lado esos pensamientos. Pronto, llegó a la cordillera donde se encontraban los Callahan. Había muchos discípulos patrullando fuera de los Callahans. Al ver a James, no le dieron una cálida bienvenida porque habían oído muchos rumores recientemente, especialmente cuando Sienna Callahan se adelantó y habló amablemente de James en el Monte del Dios de la Espada. Las ocho hijas de los Callahan eran como diosas para los discípulos de aquí. Naturalmente, les disgustaba que James contara con la ayuda de Sienna.

"¿Por qué estás aquí, James Caden? ¿Deseas traer la calamidad a los Callahans?". Se burló un discípulo.

James fue magnánimo y se limitó a decir: "Ve e informa a tus superiores de que Jame