Ahora, estaba pensando en formas de sobrevivir a la invasión del Monte Camino Celestial. No le preocupaba el acuerdo de los diez mil años. Le preocupaba que el Monte Camino Celestial ideara nuevas formas de meterse con él diez mil años después. Para entonces, sin duda despreciarían al Maestro Ancestral de la Espada y enviarían a algunos de sus mejores luchadores tras él. Mientras tanto, su identidad como dueño del Monte de la Nada no debía revelarse. Esto se debía a que las poderosas figuras del Monte de la Nada habían desaparecido hacía tiempo. Si aparecieran ahora, se crearía una conmoción. Para entonces, el Monte Camino Celestial sin duda iría con todo para aniquilarlo.

Respirando hondo, dejó a un lado esos pensamientos. Luego, se adentró en las profundidades del Monte de la Nada y regresó al Palacio de la Nada.

Cientos de personas se reunieron aquí.

"Su Santidad".

A su llegada, muchos lo saludaron respetuosamente.

James saludó ligeramente.

Wystan caminó hacia él y lo elogió: