La aparición de James impactó a muchos.

En las mentes de los Forasteros, creían que James no aparecería por miedo a ser asesinado.

“Él vino a pesar de saber que moriría. Qué interesante…”.

“Apuesto a que James no durará ni un asalto”.

Muchos menospreciaron a James, ya que la disparidad de poder entre él y Magnus era simplemente demasiado grande para ignorarla, y ningún método de cultivo sería capaz de compensar su falta de fuerza.

Los terrícolas tampoco tenían mucha fe en él.

James aterrizó con firmeza en la cima de la montaña y apareció a cien metros de Magnus. Con una expresión tranquila en el rostro, miró a Magnus y le dijo: “Lamento llegar tarde”.

Magnus esbozó una débil sonrisa al decir: “No esperaba que vinieras, James. Hoy lucharemos hasta la muerte”.

Aunque hablaba en voz baja, había un tono amenazador en su voz.

Antes de abandonar el Supramundo, recibió órdenes estrictas de vengar a su discípulo más joven, el Hijo del Cielo. Como tal, no tenía otra opción que