Marcello se disculpó: “Lo siento, me excedí”.
Marcello se sentó en una roca y señaló otra a su lado, diciendo: “Siéntate”.
Uno de los subordinados de Marcello se acercó a la roca y puso un paño sobre ella. Solo entonces Marcello tomó asiento.
Xandra, mientras tanto, permaneció en silencio durante toda la conversación.
Marcello preguntó: “Por cierto, aún no te he preguntado tu nombre”.
James respondió: “James Caden”.
“Qué lindo nombre... Eres realmente impresionante, James. Lograste luchar contra cinco poderosas figuras hasta dejarlas paralizadas y casi consigues aniquilar a una”, lo elogió Marcello. “Aunque percibo que tienes un rango bajo, tus capacidades físicas son impresionantes. Ese loto negro tuyo es realmente extraño. Parece que puedes controlarlo a tu antojo”.
James lo miró. Parecía que Marcello había llegado al Monte Bane hace tiempo y había estado presenciando la batalla desde lejos. Sin embargo, no tenía ni idea de lo que Marcello estaba tramando.
“No quiero