Dalila dijo: “Desde que ocurrió el accidente en la compañía de mi padre, desapareció. Nunca lo volví a ver, y ni siquiera mi madre sabía nada. Si supiera algo, mi madre no habría muerto de forma tan horrible”.
James, bajando la mirada, dijo en voz baja: “Mis condolencias”.
“No pasa nada”. Delilah forzó una sonrisa.
Pasó por muchas cosas durante este período y ahora lo ha superado.
Era una bendición que siguiera viva.
Thea se dio cuenta del extraño ambiente que había entre ellos y preguntó: “Cariño, ¿cuándo harás algo al respecto?”.
James se quedó pensativo un rato antes de responder: “Debería apurarme, ya que las cosas podrían empezar a cambiar si lo dejo para más tarde. Primero iré a la región militar para comprobar la situación. Tengo que limpiar el Ejército de la Llama Roja y eliminar a todos los topos que hay dentro. Después de unificar el ejército, empezaré a actuar”.
“De acuerdo”.
Thea se limitó a asentir con la cabeza.
“Delilah, puedes vivir aquí por el momento. Es abso