James lo recordaba vagamente.
Cuando estaba en la mansión de los Caden en la Capital, su abuelo había mencionado a Xyla.
Él dijo algo sobre cómo no deberían haberlo amenazado con Xyla.
En cuanto a lo que sucedió exactamente, James no lo sabía.
Newton se quedó en silencio.
Después de un rato, respondió: “Esperemos hasta que él personalmente le cuente toda la historia. No me corresponde a mí decírselo”.
James respiró hondo.
A juzgar por el tono de Newton, parecía saber lo que sucedió hace treinta años.
Sin embargo, como no estaba dispuesto a hablar de ello, James no lo obligó.
“¿Sabes quién secuestró a Serena?”, preguntó James.
Newton sacudió la cabeza y dijo: “No. Anoche estaba profundamente dormido y cuando me desperté era casi mediodía. No vi a Serena por aquí y pensé que había salido, así que no pensé nada al respecto. Si usted no hubiera venido a informarme, no habría sabido que fue secuestrada”.
James no preguntó más ya que Newton no sabía mucho al respecto.
Ahora, solo