"¡Lárguense!". Ambrose rugió cuando vio que las élites se acercaban a él. Agitó el Martillo del Tirano como un loco para evitar que se le acercaran. Después de eso, ya no le quedaba energía. Tropezó y casi se cae.
"¡Ambrose!". Las lágrimas de Heather seguían cayendo y gritó angustiada: "¡Huye! Déjame aquí. ¡Te lo ruego!".
Ella no podía dejar de llorar mientras las lágrimas rodaban por su rostro como perlas.
Ambrose forzó una sonrisa al sentir la tristeza de Heather. Sus ojos insinuaban dulzura y determinación. "Heather, si huyo, entonces no seré el Ambrose que conoces. Si hoy es el último día que vivimos, entonces moriremos juntos".
Su voz era suave, pero sus palabras eran poderosas. Subió las escaleras de madera de la Torre de la Estrella de los Deseos hacia el último piso, a pesar del dolor de su herida. Se dio cuenta de que no podría salvar a Heather por sí solo. Por eso, aunque tuviera que morir, quería estar con ella. Cuando Heather se marchó durante unos días, sintió como si