En solo unos instantes, Rachelle y Zacho habían luchado durante más de diez asaltos en el aire.

Al principio, ambos estaban a la par, pero después de todo, Zacho era el Maestro de Secta de la Galaxia Mar del Norte. Su energía interna era incomprensible, y sus cimientos no podían compararse con los de Rachelle.

“La santa monja de la Secta Llama Verdadera, ¿verdad?”.

Zacho empujó rápidamente a Rachelle hacia atrás con su espada, y mientras ella luchaba por recuperar el equilibrio, él sonrió con suficiencia y golpeó con la palma de su mano.

Ese golpe fue rápido como un rayo. Rachelle no fue capaz de esquivarlo y fue golpeada en el hombro.

Inmediatamente se oyó un gemido. Rachelle se estremeció y cayó al suelo. Retrocedió varios pasos mientras su delicado rostro palidecía y la sangre brotaba por la comisura de los labios.

Zacho, suspendido en el aire, miró con condescendencia a Rachelle. “Rachelle Lloyd, tu maestra de secta, ha muerto. ¿Acaso crees que una mujer como tú puede cambiar