Al escuchar eso, el líder Garan se quedó pensativo un rato antes de burlarse: "Sabes hablar el lenguaje de las bestias, ¿y qué? Este es un lugar prohibido donde reside el Dios del Cielo. La única consecuencia para un ser humano que irrumpa aquí es la muerte".

'Oh, ¡mierda!'.

Darryl se sobresaltó y sonrió con amargura. El Garan era digno de ser la bestia encantada de la Región Divina. Su inteligencia era realmente extraordinaria. A diferencia de la Esfinge Loca, no era tan fácil engañar a un Garan.

El líder de los Garan no perdió el tiempo e instruyó al resto de los Garan: "Maten a este hombre".

Los Garan empezaron otra ronda de aullidos y estaban a punto de saltar hacia delante para despedazar a Darryl.

'¡Maldita sea!'. Darryl entró en pánico.

De repente, recordó algo y sacó rápidamente un objeto de su ropa.

Entonces, gritó: "Bestias, ¿cómo se atreven a faltar al respeto al Emperador del Cielo? ¿Acaso quieren ser despellejados vivos?".

Mientras hablaba, Darryl levantó el objeto