"¡Olvídalo!".

La Emperatriz Heidi agitó una mano con impaciencia. "No hagas afirmaciones tan atrevidas en el futuro". De todos modos, Auten estaba bien. No tenía sentido echarle más la culpa.

"Gracias, Su Majestad". El Mago Inmortal se secó el sudor de la frente mientras hacía una profunda reverencia.

Shakun soltó otro aullido desgarrador y su aura asesina volvió a espesarse. Fue seguido de cerca por una aterradora onda sonora que explotó. Luego, se dirigió hacia los soldados de la Región Divina.

Muchos de los soldados no pudieron reaccionar a tiempo y fueron golpeados instantáneamente por la onda sonora; cayeron del aire en un coro de gritos agonizantes. La Región Divina tenía unos miles de soldados menos.

Los soldados restantes también entraron en pánico.

¡M*erda!

Los exquisitos rasgos de la Emperatriz Heidi estaban llenos de nerviosismo y preocupación.

Shakun se puso más violento y la situación parecía haberse agravado por momentos. ¿Qué debían hacer?

"¡Mago Inmortal!".

La