Darryl frunció el ceño cuando vio a Oliver.

Pensó que el Rey Tigre Blanco había llegado. ¿Qué hacía Oliver allí?

¿No se habían mudado los Guerreros Demonio? Entonces, ¿por qué Oliver seguía allí?

Lía también jadeó, parpadeando hacia Oliver con leve confusión.

¿No habían migrado los Guerreros Demonio?

Sin embargo, la sospecha de Lía no duró mucho. Rápidamente, fue reemplazada por emoción. Oliver había llegado. Debía estar allí para ayudarla a ella y a Darryl. A pesar de su frialdad hacia Oliver, él seguía siendo un Guerrero Demonio después de todo, y no había manera de que él se quedara de brazos cruzados y dejara que los lastimaran sin hacer nada.

Lía aún no estaba al tanto de la alianza secreta entre Grunt y Oliver. Así fue como Grunt pudo encontrar la cueva.

Él apareció frente a los tres. Se estremeció de conmoción e ira cuando vio el rostro rojo e hinchado de Lía.

Se volvió hacia Grunt, hirviendo de furia.

¿Qué diablos estaba haciendo Grunt? Le había dicho que le gustaba Lí